Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 4 de julio de 2011

CAROLA BRAVO, ARTISTA PLÁSTICA La música del mármol

CAROLA BRAVO, ARTISTA PLÁSTICA
La música del mármol

"Me interesaba sobre todo el ritmo que se crea con los Coloritmos, así como también el espacio y la profundidad que se puede lograr"

La arquitecta y artista plástica venezolana expone sus "Estrías" en la Galería Fernando Zubillaga del Centro de Arte Los Galpones de Los Chorros ANGEL DE JESUS
Contenido relacionado
SIMÓN VILLAMIZAR , CAROLA BRAVO , ARTITA PLÁSTICA | EL UNIVERSAL
domingo 3 de julio de 2011 12:00 AM

Ha dibujado mapas sobre papel. Cincelado paredes con sus cartografías. Creado ciudades en los techos de galerías y museos de la ciudad. Trazado territorios en las aceras y calles del Municipio Sucre. Y hasta recreado topografías lunares sobre esferas de mármol.

Pero fue seis años atrás, al comenzar a notar los drásticos cambios que experimentaba su cuerpo durante el embarazo, que la arquitecta, magister en Historia del Arte , profesora y artista plástica venezolana Carola Bravo (1961) descubrió que su propia piel estaba llena de líneas, trazos, puntos y tramas, esto es, de los mapas por lo que precisamente había transitado durante toda su carrera artística.

Así nació su obra Registros intuitivos, que hoy expone en la Galería Fernando Zubillaga del Centro de Arte Los Galpones de Los Chorros. Una muestra integrada por tres series que ha bautizado como Estrías.

A la primera la llamó Estrías verticales y está formada por 16 piezas de mármol de 1,20 metros de largo y distintas medidas de ancho (15, 18 y 35 centímetros) adosadas a la pared. La segunda decidió nombrarla Estrías de canto -por estar expuestas de lado- con láminas de 1 metro, 80 y 45 centímetros por 35 de ancho. Mientras que la tercera está formada por 80 láminas de mármol de 1 metro de largo por cinco de ancho, pero Carola Bravo no ha encontrado aún un nombre que les haga honor. Y todas han sido intervenidas -dibujadas, habría que decir en realidad- con líneas de tres materiales: grafito, carbón y tinta.

"Es un trabajo muy arquitectónico", advierte Bravo. "Un trabajo que nació en el año 2007, en la exposición Trece instrumentos de dibujo, al comenzar a explorar lo territorial a partir de la veta más lineal del mármol, de toda esa historia que está marcada allí, de ese mapa natural. Cuando vi esta piedra por primera vez, esta veta, me fascinó, y dije: 'Este dibujo requiere de este tipo de línea'. Porque mi trabajo, además de lo territorial, trata acerca del espacio, no sólo geográfico sino físico y arquitectónico. Así que este trabajo intenta explorar más en el espacio arquitectónico, en las esquinas que generalmente no ves, en las escalas y las proporciones de ese espacio físico que no es sólo territorial".

Pero hubo además otra motivación para que Carola Bravo comenzara a crear sus Estrías: "Yo quería investigar un poco más acerca de los Coloritmos", agrega la arquitecta venezolana, graduada en la Universidad Central de Venezuela, y en el Philadelphia Colleges of the Artes de Pennsylvania, Estados Unidos, refiriéndose a los tablones verticales pintados por el artista plástico Alejandro Otero a mediados de los años cincuenta.

"Me interesaba sobre todo el ritmo que se crea con los Coloritmos, así como también el espacio y la profundidad que se puede lograr. Es decir, esos distintos planos que se pueden generar gracias al dibujo básico y a la pared. Pareciera que el Coloritmo se extiende y se hace profundo. Que se extiende en muchos sentidos, hacia los lados, que agarra de la pared. O por lo menos es lo que he intentado", apunta Bravo con una risa discreta.

Y lo más interesante aún: lograr el ritmo de las líneas sin valerse siquiera de los colores de Alejandro Otero. "Yo tengo tiempo sin jugar con el color. Lo he hecho, y me gusta mucho. Todo la investigación que hice acerca de Caracas fue en color, pero en esta ocasión lo importante era lograr el efecto en la ausencia de él", justifica Bravo su elección del negro, el blanco y los grises en las tres series de Estrías.

"Series que guardan una gran conexión entre ellas", aclara la artista, "porque muestran un acercamiento a la escala del dibujo. La primera es un plano lejano, la segunda es uno intermedio, y la tercera es un acercamiento, casi como si estuvieras observando el detalle. Es como si me acercara o como si enfocara. Fragmentas la pieza, y el dibujo lo puedes ver más de cerca; además de que cambia. Como dije: es un proceso muy plástico. Y mi proceso siempre ha sido muy plástico. Esa es la idea de las tres propuestas"

Y no son pocas las lecturas que han generado las Estrías de Carola Bravo. Silvia Pinardi, por ejemplo, ha sentido música y melodía frente a ellas, así que no ha vacilado en calificarlas como "pentagramas tectónicos". El poeta venezolano Rafael Castillo Zapata se había referido a ellas años atrás como "relatos de territorios". Mientras que hay quien cree incluso adivinar un códice lingüístico en cada una de las piezas.

"Esas lecturas me encantan, porque me pueden llevar a mí a la búsqueda de otras posibilidades artísticas", dice Bravo, quien confiesa que días atrás se topó en la exposición con un músico que creyó ver notas musicales en sus Estrías y desde entonces a ambos se les ha metido en la cabeza que pueden decodificarlas gracias a una computadora y convertirlas en una partitura. "Vamos a intentar hacerlo antes de que termine la exposición", promete ella, que dice que con el tiempo se da dado cuenta de que sus piezas pertenecen al espacio donde están y hasta llegan a transformarlo.

Si lograrán cantar o no sus obras, Carola Bravo no lo sabe. Hablarán , eso sí, de los caminos transitados, de la memoria recorrida, y acaso de lo caminos que no llevan a ninguna parte. Porque en eso sí coincide con Rafael Castillo Zapata: sus obras pueden ser "relatos territoriales".

No hay comentarios: