Gustavo Azócar A. || El Calabozo de la Libertad
Las cárceles de la revolución
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Terminó la película de El Rodeo 2. ¿Quién ganó? ¿Quién perdió?
Durante casi 30 días las autoridades venezolanas mantuvieron cercadas las instalaciones de la cárcel de El Rodeo 2. Miles de funcionarios de la Guardia Nacional y hasta un batallón de 400 paracaidistas participaron en lo que algunos llamaron "La Batalla de El Rodeo". Nunca estuve de acuerdo con la forma como se planificó y se ejecutó tal operación. Tengo la leve impresión de que todo fue un gran montaje para tratar de distraer a la opinión pública y hacerle olvidar problemas mucho más urgentes, como el alto costo de la vida, el desempleo y los reclamos por mejores sueldos y salarios.
En momentos en los cuales el país parecía una bomba de tiempo, un volcán social a punto de erupción, la Batalla de El Rodeo apareció como una suerte de catalizador. Extender la situación de El Rodeo 2 por casi un mes no fue producto de la casualidad. Todo obedeció a un plan que de alguna forma buscaba ganar tiempo, calmar los ánimos y distraer a la opinión pública. Los cubanos saben mucho de eso.
Ahora bien: terminada la película, ¿qué nos quedó? Por un lado el amargo dolor de decenas de familias venezolanas a quienes sólo les queda enterrar a sus muertos. El gobierno no se detiene en dar muchas explicaciones cuando se trata de un muerto. Y menos si ese muerto fue producto de lo que ellos llaman un "enfrentamiento" en una cárcel venezolana. Para este gobierno, los "enfrentamientos" dentro de un recinto penitenciario son normales, y por lo tanto, normales también deben ser las muertes que surjan como resultado.
Ningún fiscal, ningún juez, ninguna autoridad, investigará las muertes ocurridas durante la toma de El Rodeo 1 y la de El Rodeo 2. La versión oficial del "enfrentamiento" se encargará de todo. Y el que no le guste, que se vaya a llorar a El Valle.
Por otro lado, vimos una escena que ya debe estar siendo copiada por los mejores productores de cine de Hollywood. Sean Penn, Danny Glover y Oliver Stone ya deberían haber comprado los derechos para filmar esa película. No creo que Chávez les niegue esa oportunidad. En una cárcel tomada por casi 4 mil efectivos, con tanques, tanquetas, cañones, fusiles AK47, equipos de visión nocturna, helicópteros, aviones y hasta el satélite Simón Bolívar, se fugaron 29 reclusos, incluyendo al jefe de la banda.
Pero los reclusos no se fugaron solos: se llevaron todo el arsenal que tenían y hasta una bola de dinero que habían guardado. Y nadie, absolutamente nadie, vio nada. Esto, señoras y señoras debe ser un acto de magia. Traigan a David Copperfield. Traigan a Crish Angel y díganselo: parece que el gran Houdini ha resucitado.
Las cárceles de la revolución socialista de Hugo Chávez no se diferencian en nada a las cárceles de la cuarta república. De hecho, son las mismas cárceles, porque hasta donde yo sé, la revolución no ha construido ni una sola cárcel nueva. La diferencia está en que en las cárceles de la revolución hay más muertes, más crímenes, más droga y más violaciones a los derechos humanos.
El verdadero problema no está en las cárceles. Está en el sistema judicial venezolano. Es en los tribunales donde comienza todo. Es en la falta de justicia donde se origina todo este drama por el que tienen que atravesar todos los días decenas de miles de familias venezolanas. El verdadero Rodeo está en la injusticia que se vive en Venezuela.
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