Esta generación 1985-2000 no se le han creado raíces en su país...Todo lo contrario

Bachilleres con la mirada afuera

La posibilidad de mudarse a otro país es una opción para muchos graduandos

Cada año, la celebración para despedir el último año del colegio incluye nuevos elementos. La semana pasada las caravanas con estudiantes disfrazados recorrieron las calles de la ciudad. Algunos se exceden en la fiesta, se olvidan de la vergüenza y el sentido del ridículo y bailan y gritan a plena luz del día en cualquier espacio público. Es un momento de euforia. La novedad este año fue hacer de las caravanas una gran hora loca con pintura y pelucas. FOTOS ÁNGEL DEJESÚS, VENANCIO ALCÁZAREZ, NICOLA ROCCO Y VICENTE CORREALE

• LOS RITUALES

MAYE ALBORNOZ | EL UNIVERSAL
MALBORNOZ@ELUNIVERSAL.COM

domingo 3 de julio de 2011 12:00 AM

Para entender las escenas locas de las que han sido testigos los caraqueños en los últimos días, hay que pensar en una fiesta en la que se despiden catorce años de estudio y que además organizan jóvenes de entre 16 y 18 años. El fin del último nivel de bachillerato es único.

La rayada de las camisas es apenas un detalle: piscinadas, viajes furtivos a la playa, comparsas de disfraces, caravanas y hasta zambullidas en las fuentes de las plazas públicas, son algunas de las tradiciones que se han sumado a la lista.

En los últimos años, sin embargo, la celebración ha estado signada por un factor nostálgico, pues muchos de los jóvenes que se gradúan ahora se imaginan el futuro afuera de las fronteras venezolanas.

Brian Cabrera, recién egresado del colegio San Agustín de El Paraíso, sueña con ser productor musical, pero duda que pueda vivir de esa carrera aquí. Aunque ya tiene cupo para estudiar ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, no descarta que pueda irse más adelante: "Yo quiero a mí país, las universidades son buenas y reconocidas, pero pienso en los problemas económicos y políticos. Conozco a muchos que sí optaron por irse".

La inseguridad es la primera razón de desesperanza en jóvenes como Brian. Hace unos meses secuestraron a uno de sus compañeros en la puerta del colegio. Desde entonces, un grupo de oficiales de la Guardia Nacional se instaló allí. Los ven al llegar, en la salida e incluso en estos días de fiesta.

Leopoldo Mendoza, del instituto Cumbres, en Santa Paula, cambió a último momento de opinión: en principio se iba a seguir su carrera al exterior, pero luego de pensarlo bien, decidió viajar a perfeccionar su inglés unos meses y volver a cursar ingeniería de Materiales en la Universidad Simón Bolívar. "Decidí probar. Tengo esperanza de que el país mejore, que crezcan las oportunidades. A los que se van también los entiendo, todo el mundo quiere mejor calidad de vida".

Justo en una de las actividades para despedir el colegio, "el playazo", en el que la promoción se va algún viernes de las últimas semanas de clases a la playa, pasaron un susto. Unos motorizados los persiguieron y se llevaron carteras y celulares.

Fausto Romeo, de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Andiep), explica que cerca de 70% de los alumnos del ciclo diversificado hacen búsquedas por internet de oportunidades en el exterior, sea con la idea de aprender un idioma o mudarse.

La mayoría confía en la calidad de la enseñanza de las universidades venezolanas, el problema son las oportunidades de empleo.

Elysa Monagas, del colegio Manuel Montaner de El Paraíso, descarta la idea de irse del país, pensando solo en su familia y amigos: "El país es un desastre, hay anarquía e inseguridad, pero la esperanza es lo último que se pierde".

Pedro Tortello, recién egresado del colegio Santiago de León, en La Floresta, coincide: "Muchos compañeros se van a países como Canadá o Chile, pero yo quiero quedarme, de lo contrario sentiría que huyo de los problemas". César Azuaje, de la Unidad Educativa Santa Rosalía, está del lado contrario y no tiene dudas: ya graduado de bachiller, buscará oportunidades para estudiar arquitectura fuera del país. "Aquí tienes que seguir las carreras más demandadas, te imponen todo, hasta lo que vas a estudiar. Veo que el país está estancado".

El viernes que pasó finalizaron las actividades en la mayoría de los colegios. Mientras, las reparaciones, serán en la semana que comienza. Mejor que sean rápido, pues nadie se quiere perder la celebración.

En la ciudad, al menos en ese tema, todo vuelve a la calma hasta el año que viene, cuando viene otra vez el festejo con sus novedades y, además, con el componente electoral.