Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 6 de julio de 2011

La enfermedad de Chávez entre el cáncer y el teatro

Miércoles 6 de julio de 2011

La enfermedad de Chávez entre el cáncer y el teatro

EN REGÍMENES DESPÓTICOS, LO QUE LE SUCEDE A LOS HOMBRES PÚBLICOS SE GUARDA COMO UN SECRETO DE ESTADO
  • Quien sí sabía lo que los dirigentes del PSUV ignoraban era Fidel Castro, el verdadero poder en Venezuela
  • Regresó para enfriar las disputas que a cuchillo se empezaron a fraguar entre las tendencias del PSUV
JOSÉ GUERRA - TalCual

Se cumple un mes desde que el presidente Chávez salió del país, primero para Brasil y luego hacia Cuba. Son más de veinte días en La Habana recibiendo tratamiento médico por una dolencia. Al principio dijo el Presidente que tenía un problema en una rodilla y que estaban evaluando los médicos si tal dolencia ameritaba intervención quirúrgica.
Luego, estando ya en Cuba, informa el canciller Maduro que se le diagnosticó al presidente Chávez un absceso pélvico y el mismo Presidente dijo que afortunadamente no era infeccioso y que la biopsia no había revelado nada maligno. Vale acotar que todo acceso es un proceso infeccioso. La falta de información provocó una ola de rumores sobre la salud del Presidente. En regímenes despóticos, lo que le sucede a los hombres públicos se guarda como un secreto de Estado.

En la antigua Unión Soviética, los tiranos se mo- rían en la cama y la noticia se sabía días después de la muerte. En Cuba se especuló sobre la salud de Castro y nadie supo que tenía hasta que, ante el fracaso de la medicina cubana que lo diagnosticó mal y que casi lo mata, el doctor español José Luis García Sabrido acertó con el tratamiento y Castro se recuperó.

FIDEL SÍ SABÍA
Cuando ya lo evidente no podía ocultarse y la desmoralización en las filas del partido de gobierno se expandía como pólvora, el jueves 30 de junio admitió el presidente Chávez que padece de un cáncer después de un largo silencio y de una seguidilla de rumores acerca de su salud, causada por la falta de información. Quedó muy deteriorada la credibilidad de voceros del gobierno como Soto Rojas que había dicho que "si Chávez tenía cáncer él sería el primero en saberlo", la del ministro de la Defensa, General Mata Figueroa, quien aseveró que "el comandante presidente está más fuerte que nunca" y del mismo Adán Chávez quien afirmó hace veinte días que "el Presidente regresaría en los próximos doce días". Quien sí sabía lo que los venezolanos y los dirigentes del PSUV ignoraban era Fidel Castro, el verdadero poder en Venezuela, ahora en su nuevo rol de médico, según el mismo presidente Chávez, ya que según él fue Fidel Castro quien le diagnosticó el cáncer. Así de mal estará la medicina cubana que Castro funge como médico.

La enfermedad de Chávez pone dos puntos sobre el tapete.

Primero, la necesidad de información oficial sobre la salud del jefe del Estado, por parte de una junta médica que hable con propiedad del caso y no políticos de oficio que no son especialistas. Ello supondría que serían los médicos cubanos quienes den ese reporte informativo. En segundo lugar, la tremenda desconfianza hacia la medicina venezolana, que obligó al Presidente a tratarse en otro país. Hasta la ministra de Salud, Eugenia Sáder, tuvo la desfachatez de decir que el presidente Chávez estaba en manos de los mejores médicos del mundo. Esto ya es una práctica que los altos jerarcas del gobierno se internen en las mejores clínicas privadas de Venezuela y de otros países mientras que pregonan las bondades de Barrio Adentro. La medicina cubana no tiene la calidad de la venezolana ni la de otros países de América Latina, lo que sí ha logrado es una masificación importante.

LA PROCESIÓN VA POR DENTRO
La información que llega a cuenta gotas indica que con las dos intervenciones quirúrgicas practicadas a Chávez los médicos cubanos se volvieron a equivocar porque es después del absceso pélvico que detectan el cáncer cuando ya éste estaba instalado en el cuerpo del Presidente desde hacía tiempo y ha debido ser detectado en la primera operación por galenos calificados. Pero en todo caso molestaba a los venezolanos que aunque el Presidente estaba muy bien en Cuba con Castro como anfitrión, el asiento del gobierno de Venezuela no es La Habana sino Caracas. Para neutralizar esa crítica tan poderosa y peligrosa para el gobierno, optó Chávez para regresar sorpresivamente al país la madrugada del 4 de julio. ¿A qué vino Chávez si se siente en La Habana como en su propia casa? Primero, para moralizar a su gente con un regreso triunfal y para que la gente sienta que está aquí, con ellos. Algo así como una resurrección entre los moribundos. Que sientan que sus oraciones valieron la pena y surtieron efecto. Segundo, para enfriar las disputas que a cuchillo se empezaron a fraguar entre las tendencias del PSUV. Todo ese regreso fue adobado con la transmisión a control remoto de videos maquillados y fotos trabajadas donde se aprecia a un Presidente en franca recuperación y al mando del gobierno, que nunca descansa, aunque la procesión vaya por dentro.

PUJA POR EL PODER

Sin Chávez en Venezuela era obvio que las luchas internas entre las facciones del PSUV se exacerbarían porque ese partido depende totalmente de Chávez. Dos corrientes pujan por el poder, la de la izquierda más retrógrada integrada por la agrupación de Jaua, Maduro y Soto Rojas que tendrá que vérselas con la de Diosdado Cabello y el elenco de hombres colocados en puestos estratégicos de la administración de Estado. Falta ver cómo va a jugar José Vicente Rangel, siempre al asecho, esperando la oportunidad. En todo caso, hay que esperar que los acontecimientos fluyan, no precipitarse y seguir planteándole al país una alternativa superior a la que lleva a cabo el actual gobierno. Una opción que tome en cuenta a los más necesitados como prioridad, que reimpulse la economía y cree empleos estables y bien remunerados y que impulse la descentralización y despersonalice el poder político.

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