El artista muestra "Símbolos, signos y reflejos" en la Galería Dimaca
La línea de los cuadros de Abilio Padrón (Caracas, 1931) se traza entre la espontaneidad y la racionalidad. Su mano deja en libertad una raya que recorre toda la tela; se detiene y entrecruza; crea imágenes; se deja colorear y continúa. Esa es la trayectoria que siguen los cuadros que presenta el artista en la exposición Símbolos, Signos y Reflejos, que se muestra en la Galería Dimaca, ubicada en Los Palos Grandes.
"Hay una postura espontánea. Lanzo la línea y ella comienza a seguir una trayectoria", dice Abilio Padrón, mientras sus manos se posan sobre el cuadro imitando el movimiento del trazado. "Hay un impulso de libertad... pero luego comienzo a racionalizarlo. Si esa línea me sugiere algo, me detengo. Es como una especie de corrección de ese primer impulso. Después viene la aplicación del color que hace que se vea la figura; el vaivén de la figura que generar la aparición o desaparición de imágenes", afirma.
¿El resultado? 50 obras en gran y mediano formato inspirada en los códices mexicanos -narración prehistórica a través de dibujos- y los petroglifos venezolanos. "Nosotros casi siempre hemos mirado hacia Europa. Cuando comencé a pintar todo era en función de la Escuela de París. Para mí esto es un intento de rescatar la inspiración en cosas que tienen que ver con América. Es interesarme en la etapa de los mayas y los aztecas; y más adelante realizar una reflexión sobre los petroglifos", afirma el también caricaturista.
Las imágenes que crea son libres. No las copias; no las imita. Se fundamentan en su importancia gráfica: en las formas y en las imágenes más que en la semántica. Él solo deja su trazo libre. Y entre tanta libertad los cuadros generan una narración. Las obras de Padrón son pequeñas historias de seres creados por él.
"Estoy tratando de rescatar", comenta al referirse a los petroglifos. "En este tipo de cuadros se van montando una imagen sobre otra. Así se van creando las formas. Es el juego de lo espontáneo y lo controlado. Soy demasiado libre, pero ejerzo control. En los petroglifos las imágenes parecen flotar sobre la superficie coloreada".
Dentro de lo que Padrón llama juego "entre lo espontáneo y lo controlado" la paleta de colores juega un papel fundamental. No existe relación entre ellas en cuanto a la tonalidad. Los cambios entre cuadro y cuadro son extremos... y funcionan. "Hay cambio de paleta. El color de alguna manera es espontáneo. Se va construyendo. Evidentemente, podría correr el riesgo de que si uno comienza a colocar espontáneamente los colores se genere un desequilibrio. Pero he pintado desde hace mucho tiempo. Así no lo sientas voluntario vas componiendo", asegura.
Además de los cuadros, Abilio Padrón muestra la serie Cajas, inspiradas en diferentes juegos ópticos. El artista se inspira en los caleidoscopios y los experimentos anamórficos realizados por algunos pintores a partir del Renacimiento. "Es otra etapa de mi trabajo. Siempre me ha interesado la manera como una imagen que coloco por procedimientos ópticos se refleja y se convierte en otra obra. Es una búsqueda que voy a continuar", remata.
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