Lectura Tangente

Notitarde 02-07-2011 |

La verdad

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Habló el Presidente de su enfermedad. Lo natural, lo humano, es desearle una pronta y satisfactoria recuperación de la salud. Los creyentes, pedimos a Dios por su restablecimiento. Antes, en el reino de la desconfianza, abonado por la falta de transparencia y el desapego a la Constitución, cundieron los rumores, incluso en el seno del gobierno.

Decir la verdad desde el principio hubiera sido mejor para todos. Para el país, donde florecieron las conjeturas, para los partidarios del proceso a quienes angustiaron mandando a rezar sin decirles el motivo verdadero e incluso para el propio primer mandatario, a quien el empeño en no informar veraz y oportunamente puso en ese trance. Malos consejos del socio cubano que no sabe cómo actuar en una sociedad abierta porque opera sobre seguro donde existen solo su periódico, su radio y su televisora.

El gobierno apareció expresando su solidaridad con el Presidente, como es lógico, pero pidiendo respeto "a quienes nos adversan", y no pidió perdón al pueblo venezolano por la incertidumbre ocasionada por la desinformación que propició. Los mismos que prefirieron mentir, aunque se contradijeran en una versión oficial llena de caries, los mismos que llegaron a hablar irresponsablemente hasta de "lucha armada" para defender la revolución, deben asumir su responsabilidad, y no salir ahora a montar una operación propagandística para sacar provecho a la enfermedad de su líder. Eso sería el colmo. También es urgente que se moderen las ambiciones y rencillas en el seno del oficialismo, no solo por consideración con su jefe, sino por responsabilidad con Venezuela.

Ojalá y haya habido de este episodio un aprendizaje. Siempre es preferible la verdad, porque ocultarla es peor y, además, inútil. La verdad, por incómoda o triste, trae como resultado conciencia de la realidad, serenidad y superación del problema.

Ahora se ve clara la pertinencia de lo que plantearon los diputados de la Unidad hace casi tres semanas. Ante una ausencia temporal del Presidente, opera el supuesto del artículo 234 de la Constitución y el Vicepresidente Ejecutivo, que él mismo designó, se encarga.

La verdad, y esperamos sinceramente que nos haya sido dicha, debe ayudar a que el país recobre la compostura y asuma sus prioridades. Venezuela tiene muchos problemas, algunos muy graves, que debe atender. El Presidente a la recuperación de su salud, como es su derecho. Y el gobierno, su gobierno, a gobernar como es su deber. Actuando como lo que debe ser, al servicio de todos los venezolanos, y no como una agencia de publicidad o una milicia política. La constitucionalidad a funcionar. Y la Unidad a demostrar, día a día, minuto a minuto, que el país entero cuenta con una alternativa de cambio democrático capaz de ofrecer seguridad, respeto y garantía del derecho a vivir y progresar en paz.