Abatido y cabizbajo, el 10 volvió a vivir una decepción con la albiceleste
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Buenos Aires.- Lionel Messi, tranquilamente, podría ser parte del once ideal de la Copa América Argentina 2011. Si hay que buscar culpables de la eliminación de la anfitriona a manos de Uruguay en cuartos de final, mejor mirar a otro lado.
"Messi nunca juega mal, quienes están jugando mal son los que tiene alrededor", declaraba en días recientes Julio Grondona, presidente de la Asociación de Fútbol de Argentina, mientras explotaban las críticas contra el 10.
La realidad parece apoyar la sentencia de Grondona, relata la agencia EFE. Messi fue el mejor jugador de la albiceleste frente a Bolivia (1-1), el único que trató de hacer algo ante Colombia (0-0), el que encendió a Argentina en el triunfo sobre Costa Rica (3-0) y, de nuevo, el futbolista más destacado de los suyos en el pulso que los uruguayos ganaron en la tanda de penales este sábado, 5-4, tras empatar a un gol al final de los 90 minutos reglamentarios y los 30 de tiempo extra.
"Diego Armando Maradona tenía otra personalidad, era avasallador y contagiaba; eso es lo que no le veo a Leo Messi", comentó Gabriel Batistuta, goleador histórico de la selección argentina con 56 tantos.
Las comparaciones con Maradona son constantes, repitiéndose una y otra vez, y muchos olvidan que nadie es capaz de ganar solo.
Tras la final de la Liga de Campeones de Europa entre el Barcelona y el Manchester United, ganada por los azulgranas, Wayne Rooney, delantero de los 'Red Devils', afirmó que "sin Xavi e Iniesta", Messi no sería lo que es.
"Sin ellos dos le sería imposible jugar igual que lo hace en España", expresó Rooney, una idea que se incorporó a la mente de muchísimos argentinos, quienes están convencidos de que hay dos versiones del astro, la del Barcelona y la de la selección albiceleste.
Messi, el campeón de todo con el Barsa, ya ha jugado dos ediciones del Mundial con la albiceleste y dos de la Copa América y los títulos se resisten.
La Pulga, que anotó 53 goles con su club la temporada pasada, no ha marcado en los últimos 16 partidos oficiales que jugó con su selección. Su último tanto como internacional se remonta al 28 de marzo de 2009, cuando le anotó a Venezuela en las eliminatorias mundialistas. a Sudáfrica 2010.
Messi para arriba y Messi para abajo. Todos hablaban de él en Argentina mientras que los uruguayos Diego Forlán, Luis Suárez, Diego Lugano y Fernando Muslera todavía celebraban abrazados en el campo de juego del estadio Brigadier Estalisnao López de Santa Fe.
Con Messi solamente no alcanza. Aunque sea el mejor jugador del mundo.
Analizando los partidos de Argentina en esta Copa América, surge un dato llamativo: en 390 minutos de juego nadie, nunca, apoyó a Messi con un pase para gol.
Ahora al delantero le queda volver a España para tratar de olvidar un nuevo tropiezo con su combinado nacional.
Tendrá varios meses para recuperarse en el Barcelona hasta octubre, cuando comenzarán las eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo de Brasil 2014.
Es tiempo necesario para procesar los días turbulentos que vivió otra vez en la Argentina, apunta DPA, pero que le permitieron ratificar que puede desplegar su calidad futbolística cuando encuentra socios de juego. Esa es la deuda que el equipo de Sergio Batista tiene con él y que sólo se pudo saldar por breves momentos.
Messi superó, además, un trago difícil para un jugador acostumbrado a ser estrella: pitos e insultos de su propia hinchada.
"Esta mal", dijo su padre, Jorge, y la gente, al final, terminó cambiando las críticas por el aliento. Pese a la eliminación, fue despedido con un aplauso. Messi había dado todo, pero solo no puede.
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