Un psiquiatra dijo una vez que en Venezuela nos habían roto la lógica. Yo creo que es cierto. Y creo que también se nos rompió la coherencia y con ello se produjo algo tan paradójico como la incoherente lógica.
Este país es un perfecto disparate en donde nos hemos habituado a que todo sea un contrasentido. Eso hace que lo que está mal no nos sorprenda y que nos asombre lo que por lógica cartesiana anda bien. La pésima gestión de este gobierno es rutina y forma parte del paisaje y ponemos cara de impresión cuando leemos que Polar es una de las empresas más productivas y emprendedoras del hemisferio.
Los últimos días han sido todo un "shock". Pasa mucho y no pasa nada, todo a una vez.
Lo de El Rodeo se transformó de película de horror en teatro del absurdo. Solo faltaba lo de "La Piedrita" fungiendo de mediador. Una cosa queda clara: este gobierno que no es ni siquiera capaz de controlar una cárcel es el mismo que cacarea de su total control del país.
Los gremios y sindicatos están más calientes que plancha de chino pues no hay manera que en Miraflores entiendan que no se puede exhibir riqueza como lo hacen y pretender que los trabajadores se sacrifiquen, mientras ven a los boligarcas viviendo como pachás.
El Contralor murió y resulta que el chavismo tendrá que halar la bola pareja a la oposición para conseguir un acuerdo para sustituir al finado. Nunca tan pocos pesaron tanto.
Ante la ausencia de Chávez los voceros del gobierno han metido la pata hasta decir basta. La gente quiso saber sobre HCF (algunos con malsana curiosidad, otros con genuina angustia y la mayoría por sed de información) y lo único que obtuvo fue malas respuestas y peores chismes generados por el propio gobierno que desató una ola de rumores, lo cual pone de bulto que la tal hegemonía comunicacional y estrategia genial en materia de opinión pública es, cuanto menos, una ficción. Si yo fuera Chávez botaría a Izarra, quien no lo ha hecho peor porque no le ha sido físicamente posible. Y regañaría duro al Psuv. Es inadmisible que en su partido haya pleitos vulgares de comadrejas contra sabandijas mientras la oposición patea la calle. Pero Chávez no está. Y hay momentos que no estar es como no ser, aunque en castellano haya diferencias fundamentales entre uno y otro verbo.
Que Chávez es brillante, harta estoy de oírlo. Pero, ¿dónde está la inteligencia? Tan pronto supo que lo iban a operar, ha debido convocar un Consejo de Ministros en la Embajada de Venezuela en La Habana (suelo venezolano) con un solo punto en agenda: el nombramiento de un nuevo Vice que contase, no con el respeto de la cohorte de Chávez, sino con la inquina de todas las facciones del chavismo. Claro, tenía que ser un "notable", alguien cuya designación en el cargo de Vice -y por ende posible Presidente Encargado- fuese tan "políticamente correcta", que criticarlo costare caro a cualquiera. Sorprende que Chávez no haya previsto una situación así y tenido una estrategia diseñada que poner en práctica sin intervención de terceros. No la tenía y cayó en manos de sus inútiles, con quienes uno no debe ni ir a misa pues se arrodillan cuando no toca.
Yo creo, con el perdón de muchos, que hay mucho sabido pelando más que rodilla e' chivo. Chávez está mudo porque se aterrorizó. Su silencio es la clásica reacción de alguien que se cree todopoderoso y que de buenas a primeras se enfrenta con que no, no es inmortal. Chávez se asustó. Y nadie ha hablado con él porque su reacción ha sido el enclaustramiento. ¿Lo justifico? No. ¿Lo entiendo? Sí. El pánico es libre y no existe pastillita de inmunidad contra él. Lo de su estado de salud, ha debido hacerse del dominio público en boca de un vocero profesional, un médico venezolano de intachable reputación y credibilidad a toda prueba. Sin taparear. Chávez debió metabolizar que ni él es Fidel ni Venezuela es Cuba, un país donde el totalitarismo hizo metástasis y se coló hasta en el más pequeño recodo. Chávez ha debido dirigirse a la Nación, en cadena nacional, no para aclarar ("no aclares tanto que obscureces") sino por la más elemental inteligencia política. Ojalá lo haga.
Escribo jueves de noche y acaba de terminar la cadena. Hay que entender lo que dijo entre líneas y para quién habló.
Desconozco cómo está el presidente. No lo quiero enfermo. Soy de los millones que queremos ganarle en las urnas y no con una urna. Pero es insólito que ese macho con botas resulte tan chiquitico frente a la adversidad.
Total, Chávez falta un bojote de días y el país anda igualito, igualito de mal, con los mismos problemas, horrores e intensos sufrimientos. Su pésima gestión está intacta. Tengamos muy claro eso.
Se nos rompió la lógica. Y también la coherencia.
El silencio es el asesino de la democracia
(*) Comunicador social
Concejal de El Hatillo - UNT E-mail: smorillobelloso@gmail.com
Twitter: @smorillobelloso
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