"Quise curiosear con otros materiales (...) En este caso quise trabajar con el aluminio" "Mantengo mi propio lenguaje. El material no el que indica la obra o la define. Es realmente la obra"
Las mujeres de Abigail Varela (Caracas, 1948) no han perdido sus curvas. Diez años alejado de las salas expositivas del país no alteraron ni un gramo a sus féminas. Caderas prominentes, siluetas voluptuosas que rompen con los cánones de la perfección, cabezas diminutas y erguidas, senos muy finos y nada estilizados, piernas delgadas. Ellas mantienen el interés sobre las formas ancestrales precolombinas del escultor venezolano.
"No me retiré para reflexionar ni para encontrarme ni, como Sinatra, para buscar la verdad. Fue un período en el que que nunca dejé de trabajar, pero no logré tener una exposición individual. Yo seguí trabajando. Sigo siendo el mismo Abigail. No me fui a pensar, no tuve dudas sobre mi trabajo o de lo que hago de mi obra en sí. Solo hubo inconvenientes, viajes y algunas situaciones políticas", asegura Varela.
Es por eso que el domingo, cuando se inaugure la primera exposición individual del escultor Femenino plural, luego de 10 años, en la Galería Freites de Las Mercedes, el espectador no verá un cambio en el lenguaje; mas sí en el material. El artista presentará una serie de esculturas realizadas en aluminio y dibujos con un acentuado carácter expresionista.
"Siempre trabajé con la mujer sin intencionalidad. Ahí hay cosas más profundas de lo que intelectualmente yo quería decir: voy hacer mujeres porque quiero hacer mujeres. La escultura me permite expresar volúmenes que la figura de un hombre no me da. No caricaturizo. Hago una forma o un volumen que no son caricaturas".
En estos 10 años, en los que sí expuso en Nueva York, Miami y en algunas colectivas en el país, no salió de su taller. Trabajó en su escultura, en sus dibujos, en su cabeza... y además curioseó en otros materiales. Lo que se muestra en la exposición es el resultado de esa labor.
"Quise curiosear en otros materiales. El bronce es un material que yo domino. Pero en este caso quise trabajar con el aluminio, que le da otra calidad a la obra. Le da una ligereza y experimenta un poco con ese material. Ha sido bien dificultoso el aprendizaje. Es un material escurridizo en cuanto a la técnica y la problemática. Pero lo he resuelto. Tengo bastante tiempo trabajando con ese material, que le permite otra lectura a la obra. Se le ve otro peso, otra ligereza, otro color. Mantengo mi propio lenguaje. El material no es el que indica la obra o la define. Es realmente la obra en sí, yo puedo hacer mi obra en cualquier material. Ahora en este caso quise trabajar un poco con ese material: me gustó la idea de un tono diferente a la patina que me da el bronce", confiesa.
En la exposición, Varela muestra por primera vez una serie de dibujos en acrílico, creyón, grafito y tinta que realizó en estos 10 años. Basada en la misma temática de la mujeres de sus esculturas, pero con un trazo violento.
"Siempre he dibujado, pero no con rigor. De un tiempo para acá lo estoy haciendo rigurosamente. No pareciera que tuviese relación con mis esculturas. Mis dibujos son bien acabados, muy gestuales, muy expresionistas. La escultura es como más reposada, un trabajo más sereno. Mi obra la hago con un sentimiento expresivo, quizás la gesticulación es básica. Hay una necesidad de expresión muy del ser humano".
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